martes, 5 de febrero de 2013

Un año después...

Prácticamente ha pasado un año desde que me autoimpuse un silencio forzado. Quería contarlo todo, pero no tenía fuerzas para decir nada. Un año después, todos mis temores, mis pesares se han hecho realidad y hoy, justo hoy, pasado el Día Mundial contra el Cáncer, ya no estás.

Entonces veíamos tu deterioro, a pasos agigantados, pero queríamos ser valientes por ti y por nosotras mismas. Pero era difícil. No obstante, nos diste una lección de fuerza y valentía, de querer vivir, de lo que supone saber que ha llegado la hora y no querer mirar el reloj.

A pesar de todo, cuando llegó el momento, seis meses después, nos pediste irte en paz. Y así lo hicimos. 

Ayer todo el mundo habló del cáncer. El 4 de febrero, Día Mundial. Todos hablan y hablan y hablan. Tiene cura, en un porcentaje muy elevado. Sí. Somos conscientes de ello, lo hemos visto, lo hemos vivido en nuestra propia familia. Ahí está Silvia, como ejemplo vivo y palpable para enseñarnos que sí, que se puede.

Ahí está Mariano, nuestro segundo héroe.

Pero no estás tú. Ni tantos otros. El domingo despedimos a Mari, también, y eso nos pone en el otro lado de la trinchera, en el de aquellos que aunque luchan no le ganan la batalla. Sabemos que sois pocos, pero sois los nuestros. Un padre, una madre, una hermana, una prima, un vecino, un amigo... alguien cercano que se va.

En el post Día Mundial del Cáncer me gustaría ser optimista, por tantos. Pero me resulta difícil. Muy difícil sabiendo que tú no has podido, que tú no estás papá.

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