lunes, 23 de marzo de 2015

Todo un placer conocerte. Gracias

Cuando te conocimos, tu única ilusión en ese momento era conocer a la cantante Angy. Ella no se lo podía creer, pero así era. Querías verla porque era tu ídolo. Tenías una camiseta con su nombre que habías confeccionado tú misma y ese día te la habías puesto. Qué casualidad, verdad?

Una mañana de hospital para organizar el tallaje de los niños que iban a desfilar en el festival. Una muleta delante y allá que entramos mi amiga Paloma y yo. De camino a casa ideamos cómo la localizaríamos y allí entró en acción Curra, una cómplice más.

Héctor, Silvia, Israel, Raquel, Sofía, tus padres, junto a Berna, Carlos, Mila y Marcos fueron los cómplices perfectos para que ese viernes cumplieras tu sueño.

Apenas articulaste palabra delante de nosotros cuando la "doctora Angi se presentó en la consulta para atenderte". Nuestra sonrisa de felicidad no tenía nada que ver con tu cara de alegría y de sorpresa.

Prometiste que estarías con nosotras el día del Festival Por una Sonrisa. Es más, prácticamente te obligamos a desfilar. Y vaya que si lo hiciste. Los aplausos cuando caminabais por el escenario del salón de actos de Caja Rural Castilla-La Mancha fueron apoteósicos.

Nada comparados, sin embargo, con el momento en el que sobre la pantalla se proyectó ese vídeo con Angi.

Volvimos a verte un mes después para entregarte el DVD del Festival y del encuentro con Angi. Nos contaron entonces que tu salud se resentía, aunque nosotras siempre tuvimos esperanzas.

La noticia nos llegó como una bomba.

Es verdad que aquél día de octubre apenas eran dos semanas, pero sinceramente nos refugiamos en el avance de la ciencia y en tu juventud creyendo que con eso seríamos nuevamente hadas madrinas que podríamos conseguir lo que era un imposible. Qué presuntuosas.

Desde Toledo te dedicamos nuestro Showroom. Era nuestro mejor homenaje. Por tu valentía, por ser una luchadora, por tu carita de alegría y de sorpresa. Dimos gracias por habernos permitido conocerte y compartir contigo estos momentos. Por las lecciones que hemos aprendido, fue un placer conocerte Andrea, desde el jueves Día del Padre, una estrella más en el firmamento. Gracias Andrea.


lunes, 6 de octubre de 2014

… Pero yo no voy a conocer a Angy

Mila, como así la llaman sus pequeños pacientes, estaba intentando convencer  a Andrea de que participase en un desfile benéfico a favor de los niños oncológicos del Hospital Virgen de la Salud de Toledo. 

-Venga Andrea que tú y yo vamos a cerrar el desfile cogidas del brazo de Cayetano (Rivera Ordóñez).


-Sí claro, pero yo no voy a conocer a Angy -contestó la pequeña-.


Para ella el torero no era más que un personaje famoso. A ella quien de verdad le interesaba era la pequeña cantante mallorquina de la que prácticamente tiene toda la discografía.


El terremoto Mila no perdió la oportunidad y así se reunió con quienes estaban organizando el desfile les insinuó el deseo de la niña.


-No prometemos nada, pero lo vamos a intentar.


Ni 24 horas habían pasado cuando la maquinaria estaba a punto de encajar. Localizado el manager de Angy, la cantante daba el sí.


Después de una semana de presentaciones, ensayos, promociones… Angy y su encantadora madre eran recogidas en Madrid por dos perfectas desconocidas que la llevaban a Toledo al encuentro.



La cantante Angy, en el Hospital



Andrea, ataviada con su camiseta promocional de la cantante que se había puesto ese día para ir a consultas, se sentaba durante media hora a contarle sus "cosillas" a Ángela. Porque en ese momento la artista se había convertido en la jovencita que en realidad es.

Una hora después, la cantante se sentaba en el despacho del pediatra oncológico para explicarle a Andrea cómo estaba su analítica.

El chillido de sorpresa es irreproducible. La cara de sorpresa inexplicable. Las lágrimas de Angy lo decían todo. 


Los demás sólo podíamos asistir al encuentro con la esperanza de que esa terapia de cariño, abrazos, sonrisas, nuevas amistades… ayuden a Andrea en su recuperación.


El viaje de vuelta a casa fue todo un desahogo de la excitación del momento vivido. 


Andrea ha prometido que participará en el desfile. La cantante que volverá a verla. Los demás sólo que seguiremos pendientes de ambas.

lunes, 19 de mayo de 2014

¡No me interesa!

No me interesa!" No. No me interesa que me hablen de que cualquiera de mis familiares padece cáncer. No me interesa. No quiero que me interese. Pero, aunque a mí no me interese oír el fatal diagnóstico, no va a dejar de suceder.

No me interesaba que mi hermana me llamase diciendo que le habían diagnostico cáncer. No quería que me tuviera que interesar.

No me interesaba que la neuomóloga nos dijera que la mancha en el pulmón que le habían visto a mi padre era cáncer. No, porqué tenía que interesarme? Por qué a mí? Por qué a mi familia?

Pero llega. Y, aunque no me interese a mí escucharlo, aunque mis oídos se nieguen, se cierren, el diagnóstico está ahí, inasequible al desaliento. Como una espada de Damocles.

Y entonces comienza la lucha. La carrera contra reloj.

Pero, si el diagnóstico es trágico en un padre, en una hermana, cómo calificarlo cuándo es el de un hijo/a?

Quienes hemos tenido la desgracia de sufrir la enfermedad de un/a hijo/a sabemos, conocemos muy de cerca lo que significa. Las noches, los días, las horas, los minutos, los segundos… todo el tiempo es tan lento y tan rápido a la vez que da miedo…

Las fuerzas flaquean. Las lágrimas se secan en la garganta. La sonrisa se congela en los labios. La esperanza llena nuestros sacos. Y cada diagnóstico nuevo es una nuevo varapalo. O una nueva esperanza.

Un pequeño cuerpo que lucha con sus fuerzas por salir adelante, por continuar escribiendo en ese libro blanco que apenas tiene unos pocos años, al que te gustaría reemplazar.

Decirle ¡No me interesa tu problema! No es duro. Es inhumano. Y, si viene de nuestros representantes políticos, por mucho que nos lo quieran vender con lazo rojo y envuelto en papel celofán, sigue siendo inhumano.

Nunca le he deseado mal a nadie, pero ojalá cuando las fuerzas les flaqueen, cuando ni todo el oro del mundo, ni el poder, ni la clase social sean la patente para salir adelante ante una situación similar, los concejales del Partido Popular que se levantaron de sus asientos en el Pleno del Ayuntamiento de Toledo cuando los padres de niños ingresados en la planta de Oncología del Hospital 'Virgen de la Salud' intervenían para hablar de la situación que viven por los recortes en Sanidad, concejales que fueron elegidos por la misma sociedad a la que dieron la espalda con su actuación, ojalá repito, nunca nadie les diga ¡No me interesa!.



lunes, 4 de noviembre de 2013

Entusiasmo contagioso

Cuando recibí la invitación, apenas lo dudé: tenía que estar allí. Cristina Romero y Justo Álvarez o mejor dicho, los doctores Romero y Álvarez, impartían la I Jornada sobre Prevención del Cáncer de Mama. Ya los conocía a los dos, pero nunca antes había asistido a unas conferencias suyas.

Invité a una amiga para no asistir sola, me parecía que toda mujer debía tener la oportunidad de escucharles, de sentir cómo y a pesar de que la palabra cáncer es el demonio en persona, ellos normalizan la situación y son la positividad en persona.

Y dicho y hecho. 

Llegar al hotel y sentir el abrazo de Cristina. Sí, Cristina. Porque cuando quise presentarla como la doctora Romero ella se apresuró, como siempre, a decir:

-Soy Cristina.

Es todo un placer.

Todo energía contrasta siempre con la calma de su compañero Justo Álvarez. Un terremoto incansable, escuchar su curriculum es constatar todo lo que me viene a la mente cada vez que la veo. No sólo es una excelente profesional, no preparada, sino muy bien preparada, a la que le gusta su trabajo, es más, disfruta con su trabajo. Y escucharla cómo nos invita a conocernos, a explorar nuestro cuerpo, a saber qué hay de más o de menos para detectar cualquier anomalía es todo un lujo.

Lejos de dramas y patetismos, en sus palabras siempre hay mensajes positivos. Sabemos que el cáncer se cura y que en un porcentaje muy alto, el cáncer de mama cogido a tiempo tiene buen diagnóstico.

Así lo cuentan y así lo explican. La que mejor conoce su cuerpo es, sin duda, la mejor. Y la experiencia les dice que estas clases prácticas son fundamentales para prevenir esta enfermedad o, al menos, para cogerla a tiempo. 

Por eso, saber que ambos forman una parte esencial de la Unidad de Mama del Complejo Hospitalario de Toledo es un seguro, una garantía. Estar en sus manos, ya ni digamos.

lunes, 8 de abril de 2013

Mirando de frente a la vida

Con valentía. Es más, con mucha valentía. Así lo dejaron patente. Nunca antes habían desfilado por una alfombra roja y los nervios previos eran palpables en todas ellas. Los nervios y la emoción. Lágrimas contenidas y muchas sonrisas. 

Seis mujeres con sus seis historias personales a cuestas, protagonistas de un desfile de moda muy particular. La cita servía para recaudar fondos para la investigación del cáncer. Auspiciadas por la Asociación Española de lucha Contra el Cáncer y alentadas por sus familias que a lo largo de todo este tiempo las han servido de apoyo.

La noche en Polán (Toledo) invitaba a la emoción. Los más de 200 comensales que se habían dado cita para compartir mesa y mantel sabían perfectamente porqué estaban allí. La mayoría de ellas son mujeres conocidas en la localidad y todos han tenido la oportunidad de ayudarlas a superar o sobrellevar la enfermedad.

Las seis, luchadoras, se han enfrentado al fatal diagnóstico. En algunos casos, ya es agua pasada. Sólo queda en el recuerdo una línea roja cicatrizante. En otros, no ha hecho nada más que empezar. 

Por eso, animadas por Noelia Juez, cuya historia personal fue la que dio inicio a esta "fiesta" contra el cáncer, recogieron el guante que les lanzó para desfilar y poner el punto emotivo al acto.

Cuentan que el apoyo de sus familias ha sido vital para superar la enfermedad o, al menos, sobrellevarla. Otras aseguran que han sido ellas las que han tenido que animar a sus familias, todavía más decaídas si cabe.

Me llevo como ejemplo la sonrisa de Rosi, todo alegría hasta para disimular las secuelas de su proceso de quimioterapia apenas perceptible, sobre todo en un rostro lleno de vida. La imagen positiva de Yolanda, siempre dispuesta a exprimir hasta el último jugo de la vida. Y el silencio emotivo y significativo de Ángela, todo un ejemplo de valor.

Y es que las seis, con sus seis historias, demuestran día a día que, lo más importante es seguir mirando de frente a la vida.








martes, 5 de febrero de 2013

Un año después...

Prácticamente ha pasado un año desde que me autoimpuse un silencio forzado. Quería contarlo todo, pero no tenía fuerzas para decir nada. Un año después, todos mis temores, mis pesares se han hecho realidad y hoy, justo hoy, pasado el Día Mundial contra el Cáncer, ya no estás.

Entonces veíamos tu deterioro, a pasos agigantados, pero queríamos ser valientes por ti y por nosotras mismas. Pero era difícil. No obstante, nos diste una lección de fuerza y valentía, de querer vivir, de lo que supone saber que ha llegado la hora y no querer mirar el reloj.

A pesar de todo, cuando llegó el momento, seis meses después, nos pediste irte en paz. Y así lo hicimos. 

Ayer todo el mundo habló del cáncer. El 4 de febrero, Día Mundial. Todos hablan y hablan y hablan. Tiene cura, en un porcentaje muy elevado. Sí. Somos conscientes de ello, lo hemos visto, lo hemos vivido en nuestra propia familia. Ahí está Silvia, como ejemplo vivo y palpable para enseñarnos que sí, que se puede.

Ahí está Mariano, nuestro segundo héroe.

Pero no estás tú. Ni tantos otros. El domingo despedimos a Mari, también, y eso nos pone en el otro lado de la trinchera, en el de aquellos que aunque luchan no le ganan la batalla. Sabemos que sois pocos, pero sois los nuestros. Un padre, una madre, una hermana, una prima, un vecino, un amigo... alguien cercano que se va.

En el post Día Mundial del Cáncer me gustaría ser optimista, por tantos. Pero me resulta difícil. Muy difícil sabiendo que tú no has podido, que tú no estás papá.

lunes, 13 de febrero de 2012

Un paso más

Paso a paso el cuerpo comienza a rebelarse. Imposible abstraerse a todo lo que en su interior está ocurriendo, la cabeza ha iniciado su particular batalla contra todo y contra todos.
Es su manera de luchar, de frenar el avance de ese bichito que se ha instalado dentro y que lo único que hace es pudrir nuestra existencia.
Mi padre se deteriora a pasos agigantados. Cada día es un retroceso en su carrera contra el cáncer. Pero él es valiente y asume cada ingreso como el que tiene que ir a la compra sin más remedio, todos los días.
Somos los que estamos alrededor los que sentimos esos nuevos agijonazos como algo propio, como si el empeño que hemos puesto para luchar se fuese reduciendo según sea el bache.
Un nuevo ingreso, una nueva recaída... pero él lo va a sumiendo sin protestar. Difícil en un hombre de carácter, inquieto... difícil porque es mi padre.